Ni lerdo ni perezoso
Figura 1: Perezoso (Bradypus variegatus) con su cría colgando de una rama. (Fuente)
Continuando con el tema de la
entrada anterior (aquí estoy para cumplir mi promesa), Lamarck dedica y
desarrolla mucho más el ejemplo de los perezosos que el de las jirafas. Veamos…
A lo largo del capítulo VII
de su libro Filosofía Zoológica, Jean-Baptiste se encarga varias veces de dejar
claro que para él los animales viven en determinados ambientes gracias a los
cambios que experimentaron en función de adaptarse y no que viven en los
ambientes en los cuales están adaptados. No estoy aquí para criticar a Lamarck
ni para remarcar sus errores, nada más lejos. Refiriéndose a los perezosos
dice:
“De aquí suponiendo que este animal hubiese recibido de la
naturaleza la organización que se le conoce, se ha dicho que ella le obligaba a
sus hábitos. Disto mucho de pensar así, pues estoy convencido de que los
hábitos que los individuos de esta raza se vieron obligados a adoptar
originariamente, han debido producir por necesidad sus organización y su estado
actual”
Y a partir de esto desarrolla
su explicación del porque de la anatomía de los perezosos. Según él, estos
animales se vieron obligados a refugiarse en las copas de los árboles por los
predadores que los acosaban en el suelo. Este nuevo hábitat los privó de muchos
movimientos, que fueron perdiendo, y por eso actualmente son de andar tan lento.
Además vivir contantemente agarrados de las ramas suponen nuevas necesidades:
brazos largos, uñas largas y ganchudas.
En este ejemplo Lamarck reúne
sus hipótesis del uso y desuso de los órganos como medios para desarrollarlos y
atrofiarlos. Lo brazos largos serían producto del uso al treparse a las ramas,
mientras que los dedos soldados y sin movimiento individual serían resultado
del desuso, ya que la mano funcionaría como un gancho.
Figura 2:
Manos del perezoso. Nótese las largas y curvadas uñas. Los dedos no se mueven
independientemente y muchos de los huesos están soldados.
El ejemplo de los perezosos
es el último que da de muchos y se nota que estaba conforme ya que luego de éste
agrega: “No juzgo necesario multiplicar
los ejemplos”.
Para terminar quiero resaltar
algo que demuestra la firmeza de sus convicciones. Inmediatamente después del
ejemplo, Lamarck confronta las “conclusiones
admitidas hasta la fecha” contra “mi
conclusión en particular”.
Según él, lo admitido hasta
esa fecha era que la naturaleza (o el creador, aclara) al crear los animales previó una
especie para cada circunstancia o ambiente, y dio a cada una la organización apta
para ello. Aclara que según esa corriente de pensamiento la organización de los
animales debe ser constante y no pudo haber variado nunca. Mientras que para él es la
naturaleza (no menciona al creador) la que produjo desde las organizaciones inferiores hasta
las superiores sobre las que luego influyeron las circunstancias,
y por lo tanto los seres vivos están sujetos a cambios.
muy recomendable
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